¡Estás muy gordo! ¡Estás muy flaco! ¡Estás muy pálido! ¿Estás enfermo?… Ya lo sabemos y no necesitamos que nos lo recuerden. Aunque pretendas ser amable, este tipo de apreciaciones es uno de los peores actos de imprudencia que podrías cometer. Aprende a escuchar antes de hablar y no insistas en querer demostrar lo evidente.
También te puede interesar: 5 simples y sorpresivos cambios diarios que te harán más inteligente
Te puede interesar: Dos años después de haber terminado, ¿The Weeknd por fin superó a Selena Gomez?