La historia de amor de Greeicy Rendón y Mike Bahía inició de una muy manera particular. Ella ‘le puso el ojo’ y no se rindió hasta lograr llamar su atención, pese a la notable indiferencia de Mike. La colombiana tenía claros su interés y se propuso conquistarlo, hasta que lo logró.
Todo empezó cuando ella se fue de fiesta y lo conoció en un evento con más celebridades. Ambos estaban empezando sus carreras y se cayeron bien, pero no ocurrió nada esa vez. Sin embargo, Greeicy no pudo sacárselo de la cabeza y le pidió a una amiga que le diera su número.
Con el pasar de los días tomó valentía y le habló. Aunque no tuvo mucho éxito al comienzo, poco a poco lo fue enamorando con su actitud arrolladora.
Desde el comienzo, sintió que era el amor de su vida e incluso se lo dijo a los pocos días de conocerse. Aunque muchos hubiéramos escapado al instante, Mike simplemente decidió llevar las cosas con calma. Ninguno quería una relación al comienzo, pero finalmente se dieron cuenta de que eran el uno para el otro.
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No toda la relación de Greeicy y Mike Bahía ha sido buena
Con el pasar de los años se dieron cuenta de que lidiar con la fama y sus exigentes carreras no sería nada fácil, pero tenían claro que su amor estaba a prueba de todo y medio de un concierto en Estados Unidos, Mike le propuso matrimonio.
Y aunque todo pintaba como un cuento de hadas, lo cierto es que por momentos estaba lejos de serlo. Ambos confesaron que con el tiempo, su noviazgo se fue deteriorando, sobre todo por la lejanía que estaban obligados a vivir por sus agendas.
En una entrevista aseguraron que nunca se les pasó por la cabeza ser padres y que incluso Mike pensó en terminar la relación por la rutina que llevaban y decidió sacar una canción sobre el tema.
Pese a que fueron momentos difíciles, Greeicy no dejó que él se fuera y decidieron apostarle a su amor, hasta que recibieron la noticia de que ella estaba embarazada.
Ahora, con su nueva familia, la pareja sabe que está en el mejor momento de su relación y que todos los obstáculos que pasaron fueron necesarios para alcanzar lo que siempre quisieron: una relación real, nunca un final de cuento.