La decisión de convertirse en madre mediante la gestación subrogada no fue algo que Paris Hilton hizo por capricho o para evitar que su figura cambiara, como muchos detractores han señalado. Sus razones van más allá de la apariencia física y tienen que ver con los abusos que tuvo en su adolescencia.
Este año, la icónica socialité y su esposo Carter Reum dieron la bienvenida a su segundo hijo, London, en una emocionante sorpresa que llegó solo diez meses después del nacimiento de Phoenix.
Y aunque para algunos esto podría parecer una tarea titánica, para la empresaria de 42 años fue un sueño hecho realidad. Especialmente gracias a la opción de vientre de alquiler. Algo que se vio obligada a recurrir por su traumática adolescencia en un internado en Utah, Estados Unidos.
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Las razones por las que Paris Hilton recurrió a la gestación subrogada
En una entrevista con Romper, Paris Hilton habló abiertamente sobre su camino hacia la maternidad. Reveló que lleva años luchando contra el síndrome post traumático que aún carga. Esto por las difíciles experiencias vividas durante su tiempo en el internado Provo Canyon.
De hecho, su relación con los médicos se volvió un desafío, con ataques de pánico que se desataban al encontrarse en sus consultas o al enfrentar procedimientos clínicos.
“Si estoy en el despacho de un médico, o me ponen una inyección… Literalmente me entra un ataque de pánico y no puedo respirar. Sabía que no iba a ser saludable para mí, o para el bebé que gestara en mi interior, esos niveles de ansiedad tan altos”, comentó.
Aunque su historia personal no fue el único impulso para inclinarse por la gestación subrogada, sino también por una perspectiva práctica. Es decir, la agitada agenda de Paris Hilton, entre sus roles como empresaria, cantante y DJ, hacía que embarcarse en un proceso de gestación natural fuera un desafío casi imposible.
“Mi calendario está fuera de control. Nunca habría encontrado el momento para hacerlo, porque literalmente no tengo tiempo libre”, explicó, mostrando que, como muchas mujeres, se enfrenta al desafío de equilibrar una exitosa carrera y su deseo de ser madre.
Con esto, Paris busca demostrar que la maternidad no tiene un camino único. Y que cada mujer tiene el derecho de elegir el que mejor se adapte a su vida y circunstancias.