A sus 27 años, Yoselyn Porras hizo historia y se convirtió en la primera mujer casada y con hijos que se presenta como candidata a Miss Costa Rica; esto después del reciente cambio de normas de los certámenes de belleza.
Hasta esta edición, las candidatas a certámenes nacionales o internacionales de Miss Universo debían ser solteras y no tener hijos. Sin embargo, uno de los recientes cambios que hubo en el concurso, ahora pueden ser casadas, divorciadas, embarazadas, con hijos, así como mujeres trans reconocidas legalmente.
“Es muy enriquecedor ver cómo ya la inclusión hacia las mujeres y hacia los diferentes géneros que tiene nuestra sociedad ha ido creciendo”, aseguró Porras a AFP. “La mentalidad de las personas debe ir cambiando, debe ir evolucionando. El mundo avanza y uno tienen que ir avanzando con él, no puede quedarse atrás”, agrega.
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Yoselyn Porras pensó que ya no podría participar en ningún certamen de belleza y menos en Miss Universo
Yoselyn ya había cerrado la puerta de los certámenes de belleza, luego de haber ganado en 2013 como Miss Teen Mundial, con apenas 17 años.
Ella estaba enfocada en su carrera como esteticista, sus estudios de gastronomía y su familia, por lo que volver a las pasarelas no era algo que tuviera muy en mente.
No obstante, enterarse del cambio del reglamento le dio una nueva oportunidad. Con la edad máxima exigida (28 años) tiene en la edición de este año la oportunidad de coronarse Miss Costa Rica y representar al país en Miss Universo. Porras se enfrenta a otras nueve candidatas en Costa Rica.
“Ser mamá, ser esposa, ser ama de casa, tener una carrera, ser estudiante y aún así, estar en un certamen de belleza. Eso hace que todo sea integral”, afirma.
Para la candidata, tener esposo e hijos “no te debe frenar, sino más bien te debe impulsar” a “participar o anhelar poder cumplir ese sueño que yo siempre he tenido (…) de representar a mi país en un certamen como Miss Universo”.
Su hija la ha inspirado a participar en el formato
Para Yoselyn Porras, su rol de madre fue uno de los motivos que la motivo a querer participar. Para ella, es una importante que en el certamen concursen mujeres que no solo tengan un gran físico, sino que sean “integral, madura”.
“Todas las mujeres tenemos nuestra belleza de maneras diferentes. Que sepa demostrar esa belleza no solo externa, sino también internamente, que tenga un mensaje positivo para toda la sociedad”, agrega.
La mujer quiere dejar plasmados en su hija Sarah estos principios en su formación: “Dentro de unos años, esa pequeñita que está chiquitita de cuatro años, cuando sea grande a sus 15, pueda decir ‘qué orgullo el de mi mamá, de ver cómo ha triunfado, cómo se ha esforzado, cómo ha logrado cumplir un sueño. Yo quiero ser como ella'”.