Si hay algo que define la vida de Miley Cyrus es que nunca ha tenido miedo de evolucionar, tampoco en el amor. Su trayectoria sentimental ha sido una de las más documentadas y comentadas de la cultura pop, evolucionando desde la intensidad de su relación intermitente de una década con Liam Hemsworth hasta una madurez centrada en la autonomía.
Tras esa primera ruptura en 2019, Miley exploró nuevas relaciones y vivió un proceso de reinvención total. En medio de todo el caos, dejó claro que no piensa seguir los guiones tradicionales y habló públicamente de la presión social sobre la maternidad.
“La maternidad es mucha responsabilidad, dedicación y energía, y si no te apasiona, no sé cómo puedes soportar noches de insomnio y 18 años de lo que tuvo que soportar mi madre”, dijo Miley Cyrus.
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Esta evolución ha venido acompañada de una serie de críticas, tanto de su postura sobre tener hijos como de sus parejas sentimentales. A lo largo de los años, Miley ha sido señalada por la rapidez de sus transiciones sentimentales y su apertura respecto a la pansexualidad y género fluido.
Mientras algunos sectores la tachan de “inestable”, sus seguidores y analistas culturales defienden que su comportamiento refleja una búsqueda de libertad radical. Sus canciones de esta etapa de cambios, como el éxito global ‘Flowers’, simbolizan precisamente ese cambio de narrativa: la validación ya no proviene de un tercero, sino del autocuidado.
El escrutinio público también se ha centrado en cómo sus relaciones han influido en su imagen pública. Desde la era rebelde de ‘Bangerz’ hasta la sobriedad rockera de ‘Endless Summer Vacation’, Cyrus ha sido acusada de usar sus noviazgos como herramientas de marketing. No obstante, en 2025 la crítica especializada destaca que la artista parece haber alcanzado un punto de equilibrio, donde su vida privada se mantiene con mayor discreción mientras su voz artística se fortalece, alejándose de las polémicas innecesarias que marcaron su juventud.
Maxx Morando y la nueva etapa sentimental de Miley Cyrus
Hoy, ese camino de reflexión la tiene celebrando su etapa más estable: su relación con el músico Maxx Morando. Ambos llevan varios años juntos, lejos del ruido mediático, conectados con lo creativo y lo personal… y de camino al altar.
Según la revista People, ambos se comprometieron días antes de la gala de la película ‘Avatar: Fire and Ashes’, donde Miley sorprendió a sus seguidores luciendo un anillo de compromiso.
Esta decisión llegó desde la calma, el crecimiento y una versión de ella mucho más segura de lo que quiere. De un romance turbulento que no la dejaba ser ella misma a un amor construido en silencio, Miley demuestra que no tiene por qué vivir según lo que otros esperan.
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En última instancia, Miley Cyrus se ha consolidado como un referente de la “no conformidad”. Al rechazar las expectativas convencionales sobre el matrimonio y la maternidad, ha enviado un mensaje poderoso a la Generación Z sobre la importancia de definir el éxito personal bajo términos propios.
Su historia no es solo la de una estrella de pop buscando el amor, sino la de una mujer desafiando activamente las estructuras patriarcales que dictan cómo debe evolucionar sentimentalmente una figura pública en la actualidad.
