Irina Baeva y Gabriel Soto se encuentran viviendo un idilio de amor; la pareja, que anunció su compromiso en enero del 2021, se ha vuelto una de las más amadas y odiadas de la farándula mexicana.
Con una foto abrazando a Gabriel y luciendo su anillo, Irina Baeva reveló en redes que le había dado el ‘sí, acepto’ al actor. Aunque la noticia la pareja la dio el 20 de enero de 2021, en compromiso fue en octubre de 2020.
Desde entonces mucho se ha indagado sobre los preparativos de la boda y aunque los enamorados no han dado mayor detalle, Gabriel confesó que no descarta la posibilidad de casarse por la Iglesia con Irina; además, la actriz rusa también aseguró que le encantaría llegar al altar junto a su pareja.
Sin embargo, esto podría no ser posible y el matrimonio por la iglesia católica sería un sueño lejano para la pareja de actores… ¿Por qué?
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Sacerdote asegura que Gabriel Soto e Irina Baeva no podrán casarse por la Iglesia por su anterior matrimonio
Durante una entrevista en el programa ‘Suelta la Sopa’, el sacerdote José de Jesús, quien casó en el 2016 a Geraldine Bazán y a Gabriel Soto, aseguró que ante la Iglesia su matrimonio no se puede disolver. Y aunque las dos partes estén de acuerdo en anularlo, esto no es posible debido a no se puede ir contra “un sagrado sacramento”.
“Cuando el matrimonio se ha dado ya totalmente válido, aunque las dos personas quieren después anularlo no se puede hacer porque están casados… No se trata simplemente de un acuerdo, se trata de un sacramento donde se hizo un juramento ante a Dios”, comentó.
Además, aseguró que no hay nada que pueda disolver el matrimonio, a menos que se envíen pruebas al Vaticano en donde se corrobore que la persona fue obligada a ir al altar o que su pareja es homosexual y no lo sabía.
Razones que no aplican en el caso de Geraldine y Gabriel, lo que significa que, según el sacerdote, “no hay nada que pueda disolver el matrimonio”.
Esto quiere decir que Gabriel e Irina no podrán ir al altar y tendrán que buscar otra forma de casarse, ya sea con otra religión, solo por lo civil o con un acto simbólico.