Elimina el óxido del acero inoxidable de tu cocina con estos ingredientes caseros: bicarbonato de sodio, vinagre y limón.
Aunque este material es resistente a la oxidación, este metal es sensible a ciertos agentes externos como la humedad o la suciedad.
En esta publicación te vamos a enseñar cómo quitar el óxido y puedas mantener en óptimas condiciones todos tus utensilios de cocina.
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Elimina el óxido del acero inoxidable con estos trucos caseros
Bicarbonato de sodio
Este ingrediente es un excelente aliado cuando se necesita hacer limpiezas en casa. Puede eliminar el óxido sin problema, toma nota las instrucciones de cómo aplicarlo en esta superficie:
- Mezcla una cucharada de bicarbonato con una de agua en un recipiente.
- Luego, aplícalo sobre la zona oxidada.
- Retira con un paño húmedo y limpio, ejerce una ligera presión sin frotar excesivamente.
- Enjuaga para eliminar los restos de bicarbonato y seca muy bien el acero con otro paño.
Vinagre
Otra solución eficaz contra el óxido es el vinagre. Es un método sencillo y siempre está a la mano en la cocina. Te vamos a explicar dos maneras de cómo lo puedes aplicar:
Opción 1: eliminar manchas grandes o persistentes
Esta opción es para quitar las manchas grandes o complicadas en aquellos objetos como cubiertos. Sumérgelos en un bol lleno de vinagre, asegúrate que estén completamente sumergidos.
Deja que el ácido del vinagre actúe entre cinco a diez minutos, verás que el óxido se comenzará a desprender. Después, saca el objeto y lávalo con agua, sécalo con un paño, preferiblemente de microfibra.
Opción 2: eliminar manchas pequeñas o limpieza general
Esta alternativa sirve para eliminar las manchas pequeñas o para hacer una limpieza de superficies grandes.
Diluye una taza de vinagre con una de agua en una botella con difusor. Aplícalo sobre el área afectada y retira la solución con una esponja humedecida con agua. Después, seca bien y tendrás el acero inoxidable como nuevo.
Limón
Esta fruta cítrica puede resultar muy eficiente para quitar el óxido del acero inoxidable, sobre todo si son manchas recientes y no están demasiado incrustadas en la superficie.
Para utilizarlo, corta la mitad del limón y pasa una de las mitades por la zona oxidada. Espera unos minutos, toma una esponja húmeda y pásala allí, seca la pieza para dejarla limpia.