Cara Delevingne no tiene ningún problema en hablar sobre su experiencia con los excesos, la depresión y la ansiedad.
Esta actriz y modelo se sinceró meses atrás con la revista Vogue y habló abiertamente sobre sus emociones turbulentas. Ahora lo vuelve a hacer, pero en esta ocasión en un acto benéfico para el Centro de Salud Mental Juvenil del NewYork – Presbyterian.
Aunque esta celebridad reconoció que ahora sí ve con mayor facilidad algunas señales de alerta, también aseguró que su proceso de sanación aún está en marcha.
“Cuando era más joven, recuerdo tener una velocidad física y abrumadora de pensamientos que no podía detener. Recuerdo que tenía que hacer frente a la presión de la escuela, la presión para caer bien y también tenía muchos problemas para dormir”, comentó.
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Cara Delevingne pasó por alto las señales de su ansiedad
Los factores que desencadenaron ese estado de ánimo en esta reconocida artista fueron varios. Sin embargo, hay uno que la acompañó hasta en su etapa adulta.
“Siempre fue así: la presión por ser mejor de lo que era y la presión por encajar”, aseguró.
La fama llevó a la vida de Cara cuando solo tenía 18 años y con ella no solo recibió grandes halagos por su físico, sino también comentarios con los que no siempre supo cómo lidiar.
“Cuando quería hacerme daño en las redes sociales, iba directamente a esa sección de comentarios. Pero, para ser sincera, nada en esos mensajes era tan horrible como pude serlo mi cabeza”, reconoció.
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Esta modelo admitió que en su etapa más vulnerable “no era buena amiga” y se lo adjudicó a que ella en ese momento ni siquiera podía ser buena amiga consigo misma.
“Obviamente no me trataba nada bien. No era capaz de estar con la gente como podía y debía. Pero tampoco dejaba que la gente me apoyara. Nunca hablaba de las cosas que pasaban en mi vida… Pensaba que era normal”, contó.
Cara Delevingne habló en retrospectiva, pero dijo que ahora ve todas esas señales de ansiedad y depresión con mucha más claridad. Ella buscó ayuda profesional para mejorar su calidad de vida y probó diversos métodos, incluyendo el yoga, hasta encontrar el que le funcionaba mejor.
“El yoga fue realmente lo primero que me ayudó. El trabajo de la respiración detrás de todo y aprender a conectar de nuevo con mi cuerpo”, contó.
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